Según sea la forma de la planta de tu salón, sus dimensiones, tus gustos, costumbres o tipo de familia, necesitas un modelo de sofá u otro. ¿Sabes bien cómo elegirlo? Con estas claves no habrá lugar a dudas.

¿Cómo es tu vida?

El sofá es la pieza estrella del salón. Y suele ser en la que pasamos más tiempo dentro de este ambiente. Es uno de esos muebles imprescindibles y en los que merece la pena invertir algo de tiempo y dinero. Tiempo para elegirlo bien y probarlo (siempre probarlo) y dinero para que sea de calidad en cuanto a la estructura, rellenos y tapicerías. Solo así, te asegurarás de que el sofá soporta bien el paso del tiempo.

En la elección del sofá debes pensar qué necesitas según tu vida. Esto quiere decir que hay que valorar cuántas personas lo usáis, por ejemplo. No es lo mismo el sofá que precisa una pareja que una familia de 4 o 5 miembros, si todos deben sentarse en el mismo sofá porque no hay otros asientos. También valora si hay niños pequeños porque te condicionará a escoger una tapicería más resistente a las manchas o en el color para que resulte más “sufrido”. ¿Tienes mascotas? También es un dato a valorar porque influye en el mismo sentido que si hay niños ya que hay tapicerías especiales más resistentes.

Elegir sofá según tus gustos decorativos

Por supuesto que es otro de los aspectos que debes valorar cuando elijas sofá: ¿qué me gusta? Hay muchísima variedad en estilos, formas y colores. De respaldo más o menos alto, con o sin reposa brazos, abatible, extensible, llamativo, discreto, de línea retro, setentero con patas altas, de aire chill out… Siempre, siempre, debes tener claro qué te apetece para partir de ese punto. Te ayudará a eliminar propuestas y reducir la lista. En muchas ocasiones nos dejamos aconsejar por personas que no son expertas y decides adquirir un sofá que quizá no va contigo.

Y por supuesto no debe primar la estética a la comodidad. Siéntate en el sofá que vayas a comprar porque pasarás mucho tiempo en él. Pruébalo y solo entonces decide tu compra. Hay sofás muy bonitos y muy cómodos. Ese es el objetivo.

Escoger en función del tamaño y forma del salón

Cuando ya has analizado los puntos anteriormente comentados es el momento de tener en cuenta las medidas y los tamaños. Un sofá demasiado grande es un armatoste en el salón. Uno pequeño se verá perdido en el espacio. Por supuesto que podéis ser una familia de 5 y no tener un salón demasiado grande. Es decir, si para 5 personas sería estupendo que el sofá fuera chaise longue o rinconera para tener asientos para todos, puede pasar que no haya espacio. Entonces habrá que pensar en escoger el sofá más grande que permita el salón y completar con asientos auxiliares si es posible como butacas de reducido tamaño, pufs o cojines de suelo.

Ahora veremos las opciones a tener en cuenta para saber qué sofá debes poner en el salón según su planta. Pero piensa que el sofá puede ir adosado a una pared, y entonces no debes respetar ningún espacio de paso por detrás del mueble. O bien puede estar en medio de la planta, delimitando el estar y el comedor. En este caso -donde es recomendable además que el sofá no tenga un respaldo especialmente alto para no entorpecer la continuidad visual entre los ambientes-, al menos deben quedar 60 cm mínimo si hay una silla de comedor o una librería a la que acceder “a la espalda” y 90 cm mínimo si se trata de una zona de paso hacia la terraza, por ejemplo.

La distancia a respetar por los laterales del sofá depende de la ubicación de este. Si queda junto a una pared o ventana puedes pegarlo o dejar 15-20 cm si quieres que cuelgue una cortina larga en la ventana. Si hay un radiador también debes separarlo 10-15 cm al menos del radiador para que el calor no estropee la tapicería y se distribuya mejor. En el lateral contrario, coloca una lámpara, mesa auxiliar, estantería… no hay un espacio mínimo o máximo a respetar en este caso. Es una cuestión de elección y estética pegar más o menos el mueble o complemento que decidas. Solo cuando el sofá queda junto a una puerta en un lateral, piensa que si lo separas al menos 20-30 cm del marco de la puerta la sensación al entrar será algo más amplia y, en este caso, cuanto más bajo sea el sofá en altura, mejor para lograr el mismo efecto.

El sofá para un salón rectangular y estrecho

Si el salón es rectangular lo mejor es que el sofá se apoye en una de las paredes más largas. Escoge un modelo de dos o tres plazas en función del largo de la pared y las consideraciones de medidas que hemos mencionado en el punto anterior. El fondo del sofá ha de ser cómodo (lo habitual son 90-100 cm de fondo total), pero teniendo en cuenta que dentro de esa comodidad los sofás de menor fondo están especialmente indicados para salones de planta rectangular y más si son estrechos. Si cuentas con al menos con 2,60-2,70 metros desde la pared en la que apoya el sofá hasta el inicio del mueble de los audiovisuales que vaya enfrentado entonces puedes optar por un sofá con chaise longue. Si hay menos espacio porque el salón es estrecho entonces opta por uno convencional. Para esta distribución no son recomendables los sofás rinconera o colocar dos sofás en forma de L. Tampoco enfrentados.

Cuando el salón es cuadrado

Un salón de planta cuadrada para muchos decoradores es un lujo, aunque también tiene sus matices de dificultad si se piensa en una distribución de la zona de estar que permita ver el televisor cómodamente. Los salones cuadrados se prestan a enfrentar dos sofás, bien pegados a la pared o no, según el ancho total de la planta. En este caso pueden ser dos sofás idénticos en diseño o distintos, pero deben ser de más o menos el mismo largo. También se pueden colocar los sofás en forma de L, siendo uno de ellos más largo que otro (por ejemplo, unas 3 plazas y unas dos plazas. Siempre sin chaise longue).

También se puede optar por un sofá rinconera o en forma de L, pero una única pieza que elimine la duplicidad de reposabrazos, que logrará un efecto más limpio. El sofá, según su diseño, puede quedar adosado a dos paredes o bien a una y que la otra parte de la L del sofá sea el elemento que delimita la zona.

En una planta cuadrada otra opción es, en función de la ubicación de ventanas y puertas, colocar un sofá bastante largo, que puede ser en este caso con chaise longue y enfrentar el mueble de los audiovisuales.

Por supuesto, si el salón cuenta con una chimenea, habrás de tener en cuenta la disposición de los sofás para que se pueda disfrutar del fuego encendido.

Salón de planta irregular

Cuando los salones tienen recovecos o una planta en L hay que aprovechar esas formas para distribuir los espacios y que queden ordenados en el salón. El sofá entonces debe responder en dimensiones al lugar elegido para ubicarlo. Piensa, una vez que lo hagas, si la zona es más cuadrada o más rectangular para aplicar lo dicho en cada uno de los casos.

Cuando las paredes del salón no son paralelas

Esto ocurre a veces, se producen asimetrías en la planta. Bien solo porque las paredes de la zona de estar tienen algo de inclinación, bien porque hay una pared muy marcada en ángulo o, incluso, circular.

En estos casos los sofás pueden no apoyar en esas paredes. Según la inclinación se podría encargar una balda a medida que la salvara, de manera que el sofá apoyara así en una línea recta y quedara perfectamente enfrentado al mueble de los audiovisuales. También es posible adosar el sofá a la pared en ángulo y que sea el televisor el que se adapta con el mueble o bien con un brazo extensible.

En el caso de paredes muy irregulares o circulares puedes pensar incluso en invertir en un sofá redondo, a medida o modular que te permitirá adaptar la composición a la pared o a la zona (aunque el sofá no apoye directamente en la pared curva).

Salón abuhardillado o con techo inclinado

En este caso hay que pensar en lo indicado anteriormente según la forma de la planta y dimensiones y tener en cuenta el lateral en el que el techo pierde altura. Si el tejado es a dos aguas, es decir, el techo es alto en el punto central, pero pierde altura en los laterales, no apoyes el sofá en la zona más baja, sino que debes apurar hasta que sea cómodo como para que no dé una persona que vaya a sentarse en el sofá con la cabeza en el techo.

Puedes colocar también el sofá en una posición central, donde hay más altura. Dependerá si se trata de una buhardilla cuadrada o rectangular. Según la altura menor el sofá puede adosarse a la pared o aprovechar para colocar un mueble allí de menor tamaño. Ten en cuenta que la altura total de un sofá de respaldo bajo -que sería el indicado para techo abuhardillados- es de 90 cm. Así que al menos esa es la distancia que debe haber desde el suelo hasta que empieza la inclinación del techo.

Salones mini

Sea como sea la planta de un salón pequeño debes medir bien y respetar los centímetros. Elige un sofá sin chaise longue no demasiado grande (dos plazas), de respaldo bajo y piensa en los reposa brazos. Algunos diseños sin ellos resultan cómodos y más ligeros ya que no “compartimentan” tanto el espacio de asientos. Lo ideal es que completes el sofá con algún asiento auxiliar. Si es un salón cuadrado pequeño puede que quepan dos sofás minis o un sofá de dos plazas y una butaca o banco. A modo de chaise longue puedes adosar un reposapiés al sofá pequeño que te servirá para apoyar los pies pero que podrás mover para aprovechar como asiento en una reunión.

Salones grandes

Cuando no hay problemas de metros, entones las posibilidades aumentan. Aun así, siempre hay que medir para no meter la pata y, principalmente en este caso, para que las piezas que coloques tengan cierto equilibrio en tamaños. Es decir, el riesgo de un salón grande es que se vea frío o descompensado. Los sofás deben mantener tamaños similares (en cuanto al largo) y si colocas sofás y otro tipo de asientos (ya sean butacas, bancos o pufs) deben ocupar el mismo largo aproximadamente.